Todo estaba oscuro y Elías, un anciano jorobado muy feo, se puso delante de mí. Era horrible, el hombre me gritaba y me decía cosas. Tenía mucho miedo y me arrinconaba. El viejo feo Elías me metió en un aula oscura con caretas que asustaban mucho. De pronto cerró la puerta y me quedé llorando.
Al rato vi una ventana abierta y me escapé. Corrí y corrí hasta llegar a mi casa.
Fin
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